El oro alcanzó recientemente máximos históricos, superando los 2.100 dólares la onza. Esta semana, los análisis técnicos y fundamentales sugieren una tendencia alcista continua.

El oro, considerado tradicionalmente como un activo refugio, ha experimentado una fase dorada recientemente, superando a principios de diciembre su precio máximo histórico al alcanzar los 2.135 euros la onza. Este hito se inscribe en un contexto de incertidumbre económica global y fluctuaciones monetarias, particularmente en relación con el dólar estadounidense.

Desde una perspectiva técnica, el par XAU/USD mantiene las ganancias obtenidas tras un notable rebote, soportado por un nivel de resistencia psicológica en torno a los 2.000 dólares por onza. La debilidad continua del dólar estadounidense ha proporcionado un respaldo adicional, sugiriendo la posibilidad de que el oro rompa niveles aún más altos en el corto plazo, con resistencias potenciales en los niveles de 2.055, 2.070 y 2.085 dólares.

El análisis fundamental también respalda un panorama alcista. A pesar de una corrección a la baja en el tercer trimestre, el oro ha mostrado una fuerte recuperación, marcando un nuevo máximo histórico por encima de los 2.100 dólares a principios de diciembre. Este desempeño se vincula a factores como la disminución de los rendimientos de los bonos del Tesoro de EE. UU., que han alcanzado sus niveles más bajos desde julio, y la expectativa en torno al Índice de Precios del Gasto en Consumo Personal (PCE) de EE. UU., un indicador clave de la inflación.

La actual fortaleza del oro se puede atribuir en parte a su papel como activo refugio en tiempos de incertidumbre. La volatilidad en los mercados financieros, impulsada por preocupaciones sobre la inflación y las políticas monetarias de los bancos centrales, ha incrementado la demanda de oro. Además, la debilidad del dólar estadounidense ha jugado un papel crucial, ya que una moneda más débil hace que el oro sea más atractivo para los inversores que operan en otras divisas.

De cara a la próxima semana, se anticipa que la tendencia alcista del oro se mantenga, aunque no exenta de volatilidad. La posibilidad de tomas de ganancia podría generar ciertas fluctuaciones en el precio, pero la resistencia psicológica de los 2.000 dólares por onza se mantiene firme. Los inversores estarán atentos a los próximos datos económicos de EE. UU., especialmente al PCE, para ajustar sus estrategias.

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Iván Campuzano

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