Iván Campuzano La «Cuesta de Enero», ese período post-navideño caracterizado por ajustes financieros tras los gastos decembrinos, se presenta en 2024 con un panorama mixto para las familias españolas. En un contexto de recuperación económica gradual, las perspectivas se centran en cómo las medidas gubernamentales y las tendencias económicas influirán en la capacidad de las familias para afrontar este período.
Los precios, aunque continuarán en ascenso en 2024, lo harán de manera más moderada, alejándose de la crisis económica e inflación elevada de años anteriores, marcados por la pandemia, la invasión rusa de Ucrania y las tensiones energéticas. Esto sugiere un alivio relativo en el coste de vida, aunque no exento de desafíos.
Una noticia positiva es el aumento previsto en las rentas del trabajo. Se espera que los pensionistas mantengan su poder adquisitivo, los funcionarios recibirán aumentos de hasta un 2.5%, y los trabajadores del sector privado también verán incrementos salariales. Además, el salario mínimo interprofesional podría aumentar un 4%, hasta 1.123 euros. Estos aumentos podrían ayudar a mitigar el impacto de la cuesta de enero.
En el ámbito de la vivienda, aunque se prevé que tanto la compra como el alquiler continúen inasequibles para muchos, la caída del euribor podría ofrecer un respiro a quienes tienen hipotecas con tipos variables o planean comprar. Sin embargo, es importante notar que, aunque el euribor ha disminuido, los préstamos hipotecarios seguirán siendo más caros que antes de la pandemia.
Respecto a la energía, se anticipa una subida moderada en los precios de la electricidad y el gas por motivos fiscales, aunque los consumidores vulnerables y las familias numerosas seguirán beneficiándose de bonificaciones. En cuanto a los combustibles, la situación dependerá del mercado internacional del petróleo, que ha mostrado signos de moderación tras superar las dificultades causadas por la invasión rusa de Ucrania.
Las medidas anticrisis del gobierno también desempeñarán un papel clave. La reducción del IVA en energía y alimentos básicos, junto con el transporte público gratuito o con descuentos significativos, debería aligerar las cargas financieras. Además, se mantienen algunas rebajas fiscales y se introducen novedades en los impuestos, buscando un equilibrio entre el apoyo social y los objetivos fiscales.
En conclusión, la Cuesta de Enero 2024 en España será un período de ajuste en un entorno económico que, aunque presenta desafíos, también ofrece esperanzas. Los incrementos salariales, las medidas anticrisis y la estabilización de algunos costes clave como la vivienda y la energía, podrían ayudar a las familias a navegar mejor este período típicamente difícil.
