El mercado de bonos americanos ha comenzado a mostrar signos de recuperación y oportunidades crecientes a medida que avanzamos en 2024. Tras un año 2023 de notables avances en los mercados financieros, con subidas significativas en los principales índices y una estabilización post-pandemia, los inversores vuelven su atención hacia los bonos como una opción atractiva y segura.
El mercado de bonos americanos en 2024 se perfila con un panorama interesante y lleno de matices. Tras un año 2023 que vio cómo los mercados financieros, incluidos índices como el Ibex, alcanzaron incrementos significativos, los bonos americanos parecen encaminarse hacia un periodo de recuperación y potencial crecimiento.
La expectativa de retornos para los bonos estadounidenses en la próxima década ha sido ajustada al alza por grandes gestores de activos, anticipando un rendimiento del 4.8% al 5.8%, un notable aumento comparado con las expectativas previas al ciclo de aumento de tasas iniciado el año anterior.
A medida que nos adentramos en 2024, la economía de EE. UU. muestra señales de desaceleración, con proyecciones de RBC que sugieren una ralentización en el crecimiento del PIB real, esperando una posible contracción en los primeros dos trimestres del año, seguida de una recuperación modesta hacia finales de 2024.
Esta desaceleración económica esperada, junto con una inflación en declive, podría motivar a la Reserva Federal a implementar recortes de tasas de interés, lo cual ya ha sido parcialmente anticipado por el mercado, con expectativas de unos 150 puntos básicos en recortes para el próximo año.
Además, el mercado de bonos se ve influenciado por varios desarrollos acelerados hacia finales de 2023, especialmente en lo que respecta a las expectativas de inflación y las políticas monetarias.
El mercado de bonos anticipa recortes de tasas para 2024, siguiendo las proyecciones de una inflación decreciente que se alinea con el objetivo pre-COVID del 2% de la Fed.
Este entorno sugiere un retorno a la dinámica pre-COVID en la política monetaria, donde las preocupaciones por la inflación podrían ser menores, permitiendo recortes de tasas para gestionar las desviaciones del crecimiento sin la carga de una inflación elevada.
La combinación de estos factores sugiere que los bonos americanos podrían estar en un punto de inflexión, con potencial para ofrecer tanto rendimientos atractivos como ganancias de capital, especialmente en un contexto donde los rendimientos de los bonos a 10 años se esperan que oscilen entre el 3.5% y el 3.75% hacia finales del próximo año. Sin embargo, es crucial para los inversores mantenerse vigilantes ante la posibilidad de “cisnes negros” y eventos impredecibles que puedan alterar este panorama.
En resumen, el mercado de bonos americanos en 2024 se presenta como una oportunidad de inversión con potencial de crecimiento, respaldada por la desaceleración económica esperada y las políticas monetarias adaptativas. Sin embargo, la cautela y la adaptabilidad seguirán siendo esenciales ante la incertidumbre inherente a los mercados financieros.