Iván Campuzano La libra esterlina (GBP) ha sido testigo de fluctuaciones significativas en los últimos años, impulsadas por una combinación de factores políticos, económicos y globales. A medida que avanzamos en 2024, las previsiones para la libra siguen siendo un tema de interés para inversores y economistas por igual. En este artículo, ofrezco mi opinión sobre lo que podemos esperar de la libra en el futuro cercano, respaldada por estadísticas recientes y análisis de tendencias actuales.
En primer lugar, es fundamental considerar el impacto del Brexit, que sigue siendo un factor clave en la volatilidad de la libra. Desde la votación en 2016, la libra ha experimentado altibajos, y aunque el Reino Unido ha completado su salida de la UE, las negociaciones comerciales y la implementación de nuevas políticas continúan creando incertidumbre. Según el Banco de Inglaterra, la libra ha perdido aproximadamente un 15% de su valor frente al dólar desde el referéndum del Brexit. Esta depreciación ha afectado tanto a las importaciones como a las exportaciones del Reino Unido, influyendo en la balanza comercial del país.
La política monetaria del Banco de Inglaterra también juega un papel crucial en las previsiones para la libra. En respuesta a la inflación, el Banco ha incrementado las tasas de interés en varias ocasiones durante el último año. En abril de 2024, las tasas de interés alcanzaron el 4.5%, un nivel no visto desde 2008. Este aumento tiene como objetivo controlar la inflación, que actualmente se sitúa en torno al 6.8% según la Oficina Nacional de Estadísticas del Reino Unido. Si bien estas medidas pueden fortalecer la libra a corto plazo, existe el riesgo de que tasas de interés más altas frenen el crecimiento económico, lo que podría ejercer una presión a la baja sobre la moneda.
El crecimiento económico del Reino Unido muestra señales mixtas. Tras una contracción del PIB del 9.9% en 2020 debido a la pandemia de COVID-19, el país ha logrado una recuperación moderada, con un crecimiento del 4.2% en 2023. No obstante, la inflación y los problemas en la cadena de suministro global siguen siendo desafíos significativos. Según un informe reciente de la OCDE, se espera que el crecimiento del PIB se desacelere a un 1.5% en 2024, lo que podría limitar el potencial de recuperación de la libra.
| Fecha | Balanza comercial (M€) | Tasa de cobertura (%) | Balanza comercial % PIB |
|---|---|---|---|
| 2023 | -250.264,8 | 65,80% | |
| 2022 | -275.940,0 | 64,72% | -9,44% |
| 2021 | -189.504,6 | 67,73% | -7,18% |
| 2020 | -209.001,7 | 62,60% | -8,65% |
| 2019 | -199.871,7 | 66,08% | -7,91% |
| 2018 | -158.491,3 | 72,34% | -6,55% |
| 2017 | -178.865,2 | 68,80% | -7,58% |
| 2016 | -205.185,1 | 64,53% | -8,43% |
En el escenario global, la libra se ve afectada por eventos internacionales como la guerra en Ucrania y las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos. Estos factores aumentan la aversión al riesgo entre los inversores y pueden provocar una mayor demanda de activos refugio como el dólar estadounidense. Desde el inicio del conflicto en Ucrania, la libra ha mostrado una tendencia a la baja frente al dólar, cayendo un 7% en el último año. Además, las políticas económicas de los principales socios comerciales del Reino Unido también influyen en la libra. Por ejemplo, las recientes decisiones de la Reserva Federal de EE.UU. de mantener una política monetaria restrictiva han fortalecido el dólar, aumentando la presión sobre la libra.
En resumen, las previsiones para la libra en el mercado global de divisas son complejas y dependen de múltiples factores interrelacionados. La política monetaria del Banco de Inglaterra, el crecimiento económico del Reino Unido, y los eventos globales seguirán siendo determinantes en la dirección que tome la libra. Aunque a corto plazo podríamos ver cierta estabilización si el BoE mantiene su postura agresiva frente a la inflación, el panorama a mediano y largo plazo es menos claro. La resiliencia de la economía británica frente a estos desafíos será crucial para determinar si la libra puede recuperar parte de su valor perdido en los últimos años.
